lunes, 15 de septiembre de 2008

HANDFASTING, el Amor Eterno

"Handfasting es la unión eterna de dos personas Enamoradas. Es una ceremonia sagrada de compromiso presidida por una Suma Sacerdotisa.
Mejor realizarla al amanecer o a la puesta de sol cuando ambos, el Sol y la Luna están presentes en la unión de los dos Amantes."

Romántico, ¿verdad?. Para mi lo es.

Esta era la unión que realizaban los antiguos celtas para formalizar un Compromiso, el Handfasting o Unión de Manos. Es lo más parecido al matrimonio actual, aunque para los celtas era más bien una prueba o acuerdo temporal entre dos personas que deseaban ver si eran almas gemelas. Éstos eran atados a la altura de las manos o muñecas (de ahí su nombre) y prometían ser fieles y vivir como marido y mujer durante un año y un día. Cuando el año llegaba a su fin la pareja dejaba de existir oficialmente, a menos que desearan vivir como esposos eternamente.
Y como todo lo celta, la ceremonia no tenía por qué celebrarse en un templo (con templo me refiero a iglesia), sino que todo estaba en consonancia con los elementos, la Naturaleza. Por eso, era importante elegir el día, la época y en lugar en el que uno quería Unirse, porque de ahí iba a depender el futuro de dicha unión.

"¿Y qué nos decís del matrimonio, maestro?
Habéis nacido juntos y juntos continuaréis para siempre.
Pero dejad que queden espacios en vuestra unión, y permitid que los vientos del Cielo dancen siempre entre vosotros.
Amaos el uno al otro, pero no hagáis un nudo de vuestro amor.
Mejor dejad que sea un Mar que se mueve entre las playas de vuestras almas.
Llenad cada uno la copa del otro, pero no bebáis de la misma copa.
Daros el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis de la misma rebanada.
Estad alegres y cantad y danzad juntos, pero permitid que cada uno de vosotros pueda quedarse solo, como está sola cada cuerda del laud aunque la misma música las haga vibrar.
Dad vuestros corazones, pero no para que uno retenga el del otro.
Y permaneced juntos, pero no demasiado, pues las columnas soportan el templo estando separadas, y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro."

De Kahlil Gibran "El Profeta"






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